miércoles, 26 de enero de 2011

Love And Happiness

Si tan sólo pudiera pedir un deseo
Sería, cariño, éste
Amor y felicidad
Para ti


Emmylou Harris era una cantante country desconocida para los círculos ajenos al country. Hija de un militar desaparecido en la guerra de Corea, abandona sus estudios universitarios, para estudiar música. Aunque tuvo unos comienzos difíciles, su prodigiosa voz le acabaría llevando a colaborar con artistas de la talla de Dolly Parton, Neil Young, Willie Nelson o Roy Orbison. Es a raíz de un disco de Mark Knopfler llamado All the Roadrunning, grabado a retazos durante siete años, en el que aparece esta canción compuesta por Emmylou Harris.
Es un trabajo homogéneo, intimista, que te captura desde las primeras notas. Emmylou suele decir con respecto al proceso de composición, que en realidad ella lo que hace es la labor de un cazador; atrapar las canciones, una vez las ha descubierto.
Esta canción cantada a dúo con el líder de Dire Straits, reúne toda la esencia de unas grandes voces y un tema que te llega de inmediato, por sus dulces tonos que evocan y rezuman melancolía.

Cada época de la vida, cada momento, tiene su música que nos hace recordarla. Es la idea que me impulsó a crear estas líneas. Pero en esta ocasión lo haré un poco distinto. En vez de reivindicar la nostalgia del pasado, hoy hablaré del futuro y a la vez, del presente.
Dentro de unos años, de la misma manera como suelo hacer, mirando hacia atrás, al recordar Love and Happiness, me transportará a este año 2011. Con la madurez que te curte por todas las sensaciones vividas, las buenas y las malas, mire donde mire, la alegría lo envuelve todo. Tengo una visión positiva de la vida que me ha tocado vivir.
Emmylou cantaba al amor y la felicidad, como dos partes indivisibles de una misma cosa. Como el haz y el envés de una hoja, son dos partes inseparables que van unidas. Están juntas, como lo están el guiño y la sonrisa.
Love and Happiness es la música que ahora suena en mi vida, en un momento en que me siento plenamente feliz. Una época tan dulce, que recordaré que no quería que se acabase nunca.






miércoles, 19 de enero de 2011

Love's Been Good To Me

 

He recorrido cientos de caminos
A pesar de todo soy feliz
Verás, el motivo es que
Cada tanto en la vida
El Amor me ha tratado bien

 
Después del gran éxito que supuso el lanzamientos del álbum My Way, que incluía la famosa canción con el mismo título, Frank Sinatra coincidió en una fiesta con el poeta y compositor Rod McKuen, gran celebridad que a finales de los sesenta vendía millones de ejemplares de sus libros de poemas.
Tras ese encuentro, McKuen se compromete con el cantante en adaptar algunos de sus poemas, dotarles de música y así poder grabar un nuevo álbum para el famoso cantante, que acabaría siendo: A Man Alone. Como en él era habitual, se rodeaba de los mejores músicos de la época y grababa todos los temas en directo, con la orquesta acompañándole en el estudio. De los diez temas de este disco, destaca este Love's Been Good To Me.

Hace cosa de unos diez años, mas más que menos, me encontraba en Madrid haciendo las pruebas de selección para ser controlador aéreo. Tras acabar las entrevistas y marcharme a dar una vuelta por la ciudad, me sorprendió la noticia de la muerte de Frank Sinatra. Durante dos días, en cualquier centro comercial no se oía nada que no fuese Frank Sinatra, fuese cual fuese la sección en la que uno se encontrase. Era una coincidencia casual, pues nadie se puso de acuerdo con la competencia, para rendir ese homenaje a uno de los mejores cantantes que ha existido nunca y que merecidamente en vida recibió el adecuado apodo de La Voz.
Mientras paseaba por los pasillos del Fnac de Madrid, debatiéndome ante mi posible futuro al margen de la Medicina, y curioseando la ingente oferta discográfica que ofrecía aquella maravillosa tienda, los compases de una canción de Frank Sinatra, me hicieron vencer mi timidez y preguntar a uno de los dependientes, qué disco y qué pista estaba sonando. Y así, el día que nos dejó, descubrí una canción suya, poco conocida, pero que cada vez que la escucho, me entusiasma más que las veces precedentes.

Ahora que comienza la cuenta atrás, doce años más tarde de cuando la oí por primera vez, creo que como a ese vago, protagonista de la canción, me toca hacer balance de la primera mitad de mi vida. Aunque haya fracasado en muchas cosas, me equivoque cada día y en ocasiones piense que me encuentro en un camino equivocado, si he de ser honesto, soy una persona inmensamente afortunada por tener la suerte de contar con mis padres, mi hermana, y sobre todo la maravillosa mujer que he tenido la fortuna de conocer y la felicidad indescriptible de esos personajillos increíbles que son mis hijos. Debo reconocer como hace ese personaje de la canción, que si hay algo de lo que no me puedo quejar, es desde luego, que el Amor me ha tratado bien.




miércoles, 12 de enero de 2011

Don't Answer Me

Si crees en el poder de la magia
Puedo hacerte cambiar de forma de pensar
Y si necesitas
Creer en alguien
Gírate y mira detrás de ti



No hace demasiado tiempo, existió un grupo musical que se autodefinían como proyecto, pero no hay que llamarse a engaño. Sus productos eran tan maduros, que distaban mucho de ser meros prototipos. Los Alan Parsons Project compusieron temas tan legendarios como Eye in the Sky, Lucifer, Let's Talk About Me o Don't Answer Me, por poner unos ejemplos, que no son en absoluto experimentos musicales.
Don't Answer Me se publicó dentro de un álbum que se llamó Ammonia Avenue, que en su conjunto analizaba la falta de entendimiento de los avances científicos en la industria desde el punto de vista de la gente corriente y la falta de comprensión de la gente, desde una perspectiva científica.
Sea como fuere, este tema aisladamente, como el buen maridaje de un excelente vino, en una deliciosa cena que puede ofrecer un excelente vino, yo la considero una balada que nunca desentonaría como banda sonora, una noche romántica.
Mucha gente recuerda ese vídeo, aunque de entrada no sabrían decir quién era el que cantaba aquella canción tan bonita, ni por supuesto su título. El mérito de aquellas imágenes tan cautivadoras  se ha de atribuir a Mike W. Kaluta. Un dibujante norteamericano de cómics nacido en Guatemala. Además, en un momento del vídeo, se puede ver a los miembros del grupo tocando en un bar.

Atraído por la música, o por lo cautivador de su vídeo, quise ser un caballero como Nick, el protagonista del vídeo y desde el principio, Don't Answer Me pasaría a formar parte de la lista de mis canciones favoritas. Todavía era un niño, pero imaginaba que algún día estaría con alguna chica preciosa, que una calurosa noche de verano, iluminados por la luz la luz de la luna, pasearía con ella por una playa desierta, y mientras le cogía de la mano, las olas suavemente nos irían mojando los pies, levemente con la espuma. Le acariciaría los labios y le diría al oído, susurrando, que no hace falta que me conteste, que no rompa el silencio, ya que en esos momentos, no nos hacen falta las palabras.






miércoles, 5 de enero de 2011

I Have A Dream


Tengo un sueño
Una canción que cantar
Que me ayude a superar cualquier cosa
Si crees en la maravilla de los cuentos de hadas
Podrás alcanzar el futuro, incluso si fallas


I have a Dream es una canción del más famoso conjunto musical de los 70. Por todas partes se oían canciones de ABBA. Fueron el relevo de los Beatles en la siguiente década, como supremacía absoluta de las ondas radiofónicas, las actuaciones musicales de los programas de variedades de la  televisión y de las pistas de baile de todo el mundo. Y como mi casa no iba a ser una excepción, ABBA era la estrella, y ésta era una de las canciones que sonaban en el entonces moderno tocadiscos Hitachi que teníamos, cuya letra me cantaba aquella antigua chica ye-yé, que ahora había sido reconvertida en labores de madre.
Ella fue la que me descubrió la música que iba más allá de las canciones infantiles que oían los niños de mi edad. Así pude oir en casa ésa, como tantas otras de ABBA y otras muchas canciones como In Dreams de Roy Orbison, Honey de Bobby Goldsboro, The House of the Rising Sun de The Animals, Mr. Tambourine Man de The Byrds o Silence is Golden de The Tremeloes, que formaron parte de la banda sonora de mi infancia.
Por eso, en un día mágico como el de hoy, en el que aparecen los Reyes Magos de Oriente, me viene a mi memoria aquel inmenso salón, que se veía invadido por completo de numerosos regalos que nos tendrían entretenidos al menos durante un año entero, a mi hermana María y a mí.
De todos los días de Reyes, recuerdo por encima de los demás, aquél en que al asomarme por la rendija de la puerta entreabierta del salón, pude ver una gran sombra en la penumbra, al fondo, junto a los sillones orejeros, justo donde había dejado mi zapatilla. Desde donde estaba no podía imaginarme de qué se trataba. Casi al mismo tiempo en que ABBA regalaba al mundo I have a Dream, al encender la luz del salón, esa sombra se convertió en una maravillosa Orbea, de color rojo anaranjado. Mi primera bicicleta.


Mi hija Marta, tan precoz ella, no ha tenido que esperar hasta los siete años. Con sólo cuatro, ya mantiene el equilibrio y no necesita de los aditamentos de las rueditas de atrás. Desde hace meses sueña con que lleguen sus Majestades de Oriente y en especial su Rey Melchor, para que le traiga esa ansiada bicicleta que desea tanto. Pronto empezará a pedalear velozmente por los alrededores de casa, por esa plaza de la Concordia, y cuando el aire golpee su cara, descubrirá como me sucedió a mí antes que a ella, que los sueños si los pides con fuerza, algún día se convierten en realidad.